¿Prisioneros del sistema, o prisioneros de nuestro propio pensamiento?
En este capitulo, nos muestra un ejemplo llamado el juego de la cerveza; donde hay tres personajes principales: un minorita, un mayorista y el director. Donde cada uno tiene que atender la demanda y hacer pedidos. La demanda de una marca de cerveza crece y los pedidos también. Y hay que tomar decisiones.
Como lo he redactado en el post anterior:
Juego de la cerveza
1. La estructura influye sobre la conducta: Las personas pertenecientes al misma estructura tienden a producir resultados cualitativamente similares, cuando hay problemas o el desempeño no satisface las expectativas, es fácil encontrar alguien o alfo para echarle la culpa. Pero a menudo los sistemas cusan sus propias crisis, que no obedecen las fuerzas externas ni a errores individuales.
2. La estructura de los sistemas humanos es sutil: Tendemos a considerar una estructura como constreñimientos externos sobre el
individuo. La estructura incluye el modo de tomar decisiones, las políticas operativas mediante las cuales traducimos percepciones, metas reglas y normas en actos.
3. El punto de apalancamiento a menudo se descubre mediante nuevos modos de pensar: en los sistemas humanos, la gente a menudo goza de una influencia potencial que no ejerce porque se concentra solo en sus propias decisiones e ignora como esas decisiones afectan a los demás.
Los problemas de aprendizaje y nuestro modo de pensar; en el juego de la cerveza:
• Como ciertos actos, convienen a su posicione, las personas no ven como ellos afectan las demás posiciones.
• En consecuencia, cuando surgen problemas, se apresuran a culparse entre si. Los jugadores de las demás posiciones e incluso los clientes, se vuelven el enemigo.
• Cuando se vuelven proactivos y efectúan mas pedidos, empeoran las cosas
• Como el exceso de pedidos aumenta gradualmente, no reparan el a gravedad de la situación hasta que es demasiado tarde.
• No aprenden de la experiencia porque las consecuencias más importantes de sus actos acontecen en otra aparte del sistema y regresan para crear los mismos problemas que ellos atribuyen a otros.
• Los equipos que ocupan las diversas posiciones se concentran en culpar a los demás jugadores por sus problemas. arruinando toda oportunidad de aprender de la experiencia ajena.
La realidad de los sistemas de producción–distribución a menudo es peor que el Juego de la cerveza.
Un minorista real puede hacer pedidos a tres o cuatro mayoristas a la vez, esperar la llegada de la primera
partida y cancelar las demás órdenes. Los productores reales a veces se topan con límites de capacidad de
producción que no están presentes en el juego, y así exacerban el pánico en el sistema de distribución. A la
vez, los productores invierten en capacidad adicional porque creen que los niveles actuales de demanda
continuarán en el futuro, y luego se encuentran abrumados con una capacidad excesiva una vez que la
demanda se desmorona.
La dinámica de los sistemas de producción–distribución como el juego de la cerveza ilustran el
primer principio del pensamiento sistémico.
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